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miércoles, 13 de marzo de 2013

http://www.ricardoaleman.com.mx/itinerario-politico/2013/marzo/3904-el-candidato-narco
EL CANDIDATO NARCO
Por Ricardo Alemán.
La guerra por la elección de Baja California –entre el PRI y el PAN--, arrancará con un potente misil que pondrá a prueba no solo al "nuevo partido tricolor", sino a su jefe máximo, a Enrique Peña Nieto.
Y es que uno de los activos más reputados del PAN en aquella entidad, el ex gobernador y hoy senador de la república, Ernesto Ruffo, acusó al diputado con licencia y candidato del PRI al gobierno de Baja California, Fernando Castro Trenti, de traficante de armas y de haber mantenido vínculos con el crimen organizado.
El senador Ruffo –y un sector del PAN bajacaliforniano–, tienen lista una estrategia mediática para denunciar a Castro Trenti –a quien motejan como "El Diablo"--, porque hace casi dos décadas el Ejército mexicano lo retuvo como presunto responsable de tráfico de armas y droga.
El ex gobernador reveló a este espacio que en repetidas ocasiones él mismo –"en mi calidad de mandatario de Baja California"--, denunció ante funcionarios federales y ante la Secretaría de la Defensa, las actividades presuntamente ilegales de Castro Trenti. Sin embargo, "siempre recibió protección oficial".
¿Y qué pruebas tiene?, se le preguntó:
--Mi palabra... Cuando eres gobernador y haces un señalamiento de esa naturaleza, no te dan recibo--, dijo irónico.
Explicó que su gobierno probó y entregó las evidencias de actividades ilícitas en las que participaba Castro Trenti –hoy candidato del PRI al gobierno de Baja California--, y que en el gobierno federal "nunca hicieron nada".
Ernesto Ruffo explico que Castro Trenti estaría involucrado en tráfico de armas y drogas. Y con esos antecedentes –un misil de alta potencia--, el PAN arrancará lo que llama "el rescate de Baja California"; entidad que, según el PRI, volverá a manos del tricolor.
ELECCION PACTADA.
Pero lo anterior es apenas una pequeña parte de todo lo que se esconde detrás de la estratégica elección de Baja California --que se llevará acabo el domingo 7 de julio--, y en donde la pelea se dará entre el PAN en el gobierno local y el PRI en el federal.
Sin embargo, son muchos los indicios de que igual que ocurrió hace casi un cuarto de siglo, la de Baja California pudiera terminar en una elección pactada. ¿Por qué?.
Casi nada, porque si lo vemos desde la lente de la estrategia política, para el gobierno de Enrique Peña Nieto es más valioso y mucho más rentable mantener vivo el Pacto por México –y avanzar en las grandes reformas para el país--, que recuperar para el PRI una entidad como Baja California, por estratégica que sea.
Y sí, se pudiera repetir la historia que inició en julio de 1988 y que terminó con un pacto político entre el PAN y el gobierno de Carlos Salinas –en 1989--, en donde la moneda de cambio a favor del partido azul fue, precisamente, el gobierno de Baja California.
LA HISTORIA.
Pocos recuerdan --y muchos no saben--, que Baja California es una entidad cuyas elecciones estatales –al ser la primera contienda electoral luego del cambio de gobierno federal--, suelen ser monedas de cambio.
Y es tal el valor estratégico que se puede confirmar que el resultado electoral de esa entidad se condicionó, en dos momentos, a sendos pactos políticos; el de Carlos Salinas con el PAN de Luis H. Álvarez –en 1988--, y el que firmaron el PRI, PRD y PAN, a la llegada al poder de Enrique Peña Nieto.
Más aún, buena parte de los ciudadanos de a pie desconoce que el modelo del pacto acordado entre el PRI de Salinas y el PAN de Álvarez en 1988 --y que, al final llevó al PAN al poder--, es idéntico al Pacto por México que luego de julio de 2012 armaron el PRD de "Los Chuchos", con el PRI de Peña Nieto y al que, finalmente, se sumó el PAN.
Por eso, no es descabellado señalar que –igual que ocurrió en 1989--, la victoria de Acción Nacional en Baja California sea parte de los acuerdos políticos del Pacto y que, frente a esa realidad, el candidato del PRI, Fernando Castro Trenti, no sería más que "un bulto" al que habrían mandado a perder –sobre todo si se toman en cuenta sus antecedentes presuntamente delictivos--, igual que ocurrió en los tiempos de Salinas y Colosio –en julio de 1989--, cuando el PRI mandó a perder a la candidata Margarita Ortega, a la que dejaron sola para ser derrotada de manera aplastante por el azul, Ernesto Ruffo Appel.
LAGANANCIA.
En el fondo, el PRI y el gobierno de Peña Nieto resultarán gananciosos con una derrota electoral en Baja California y, al mismo tiempo, con la victoria del PAN. ¿Por qué?. Porque en la elección de Baja California se juegan centavos, frente a los pesos que significa el Pacto por México. Y si el PAN gana en Baja California, se fortalece la presidencia de Gustavo Madero y, al mismo tiempo, se afianzan el Pacto por México y reformas como la de medios, la energética y la fiscal.
También por esa razón se puede decir que el más agradecido de no haber sido parte de la utilería presidencial para apuntalar el pacto, debiera ser el precandidato del PRI y zar del juego en aquella entidad, Jorge Hank Rhon, quien ignorante de los juegos de poder de Peña Nieto, pataleó hasta el último momento para quedarse con la candidatura del PRI al gobierno de Baja California. ¿Y por qué debía ser el más agradecido?.
Porque ante la eventualidad de que Hank Rhon se hubiese impuesto como candidato del PRI a Baja California, el gobierno de Peña Nieto no sólo habrían dejado solo Jorge Hank Rhon, sino que se habría visto obligado a empujar su derrota. Al final, el zar del juego entendió que los acuerdos políticos mandaban que debía tirarse, a cambio de colocar a uno de los suyos en la segura alcaldía de Tijuana.
Sin embargo, y para disipar las dudas de los escépticos, vale recordar que la noche del 16 de noviembre de 1988 --en un multitudinario acto en el zócalo capitalino y ante el ex candidato presidencial del PAN, Manuel J. Clouthier--, Luis H. Álvarez anunció el pacto con Salinas, llamado Compromiso Nacional por la Legitimidad y la Democracia.
En pocas palabras, que el PAN legitimó al gobierno de Salinas, a cambio de una reforma electoral y de que el PRI "respetara" las elecciones estatales en puerta; la primera de ellas Baja California. ¿Y que creen?. Sí, que en julio de 1989 el PRI perdió la elección de Baja California, en tanto que el PAN ganó su primer gobierno estatal –con Ernesto Ruffo--, y Salinas no solo fue legitimado, sino que cumplió con la primera reforma electoral.
Hoy, a 25 años de aquel pacto entre el PRI y el PAN, y a 24 años de distancia de aquella elección, al PRI poco le importa ganar la elección de un estado como Baja California, frente al peso específico y la importancia del Pacto por México que, además, incluye reformas fundamentales para el gobierno de Peña Nieto y para el país.
Y todos saben que una de las cualidades políticas de Peña Nieto es, precisamente, que es un político que cumple su palabra: Y también por eso, en el PAN de Gustavo Madero saben bien que si Peña Nieto cumple –como ya cumplió con la Reforma Educativa--, su grupo político se podría llevar la primera victoria electoral el próximo 7 de julio, cuando Acción Nacional cante victoria en Baja California. Al tiempo.
Tomado de El Universal.

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